1. Obediencia vs Desobediencia.
«14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.» Jn. 10:14 LBLA. ¿Por qué Jesús se presentó como el buen pastor? y ¿Qué semejanza tenemos con las ovejas? Una de las características de la oveja es la obediencia a su pastor. Jesús utiliza una analogía para expresar la necesidad de ser obedientes a sus instrucciones. Dios proporciona mandamientos con la intención de preservarnos del mal y darnos una vida en abundancia. La obediencia es cumplir con las instrucciones que emite la autoridad, es una característica que se aprende. «8 y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció.» He. 5:8 LBLA. Si Jesús siendo el hijo unigénito aprendió, debemos aprender a obedecer. De lo contrario seriamos desobedientes, y la escritura compara la desobediencia con la iniquidad y la idolatría. Por lo tanto, es necesario renovar los hábitos que le quitan el lugar a Dios y avanzar hacia una nueva vida en Cristo Jesús. Una señal de que una persona ha nacido de nuevo, es que tiene una actitud de obediencia. La persona que ha experimentado el poder de la redención en su vida, quiere aprender a obedecer. Si logra obedecer a Dios a quien no ve, podrá obedecer a sus padres, esposo, supervisores laborales, pastores y ministros. El crecimiento en Dios depende en gran medida de la capacidad de obedecer, es importante comprender que Dios NO gobierna a través de la democracia o la manipulación. Dios expone las instrucciones y dependerá de cada persona obedecer o desobedecer. A continuación, descubriremos tres (3) requerimientos para aprender la obediencia: Reconocer la autoridad: las autoridades legítimas son constituidas por Dios y están ajustadas a los principios, estatutos y ordenanzas establecidos en su palabra. Así mismo, todas las personas en autoridad que desarrollan la capacidad de obedecer y rendir cuentas a sus niveles superiores, son un ejemplo a seguir. Aceptar la autoridad: Una vez que reconoces quien es la autoridad entonces es necesario aceptar sus instrucciones. Las figuras de autoridad las observamos en nuestros padres, maestros, esposos, supervisores laborales, pastores y ministros; cada uno en su espacio y tiempo ejercen influencia y emiten instrucciones a nuestras vidas. La obediencia se prueba en la medida en que recibimos órdenes y decidimos si obedecemos o desobedecemos. Ejecutar acciones: Dios espera que tengamos una actitud de obediencia inmediata y absoluta a su llamado. Es nuestro deber esforzarnos y avanzar en este cambio en forma progresiva hasta alcanzar la obediencia absoluta. Un ejemplo lo encontramos en los apóstoles, quienes al ser llamados por Jesús al instante deciden dejarlo todo y seguirle. La obediencia a la voluntad de Dios es un aspecto básico en el Reino, la cultura occidental nos enseña a obedecer parcialmente, la cultura del Reino de Dios nos muestra un camino a la obediencia inmediata y absoluta. Pero, ¿Qué es el reino de Dios y cuál es su cultura? El Reino es el gobierno espiritual de Dios, una jurisdicción que abarca todo lo creado, que tiene total dominio en donde sea establecido por los hijos de Dios. El gobierno de Dios es hacer su voluntad en la tierra, como se hace en el cielo. Esto trae justicia, paz y gozo. El Reino de Dios tiene una constitución donde están expresados sus leyes y demás instrucciones. Ésta es la Biblia, y como hijos estamos llamados a aprender a obedecer la palabra. La cultura del reino hace referencia al conocimiento, leyes, costumbres, estilo de vida, que se expresan en todos los ámbitos de la sociedad: educación, arte, medios de comunicación, economía, gobierno, entre otros aspectos. A continuación, algunos principios bíblicos que requieren nuestra obediencia: Principios Fundamentales: Amar a Dios con todas la fuerza, mente, alma, corazón y espíritu. Amar a tu prójimo como a ti mismo. Mt. 22:36-40. Principios Familiares: Hijo obedece a tus padres. Ef. 6:1. Esposo ama a tu mujer y esposa obedece a tu cónyuge Ef. 5:22 y 25. Principio del Perdón. Mt. 6:14. Principio de la Comunión. He. 10:25; Sal. 133. En la medida en que profundizas en tu relación con Dios, comenzarás a crecer de forma integral. «1 Y sucederá que si obedeces diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el Señor tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. 2 Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al Señor tu Dios.» Dt. 28:1-2 LBLA. «15 Pero sucederá que si no obedeces al Señor tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán.» Dt. 28:15 LBLA. A continuación, se describen algunas consecuencias de la obediencia y la desobediencia: Consecuencias de la Obediencia: Las bendiciones que Dios ha determinado para ti, te alcanzan. Dt. 28:1-2; Ef. 1:3. Purifica tu alma. 1P 1:22. Permanecerás firme. Mt. 8:24-25. Agradarás Dios. Jn. 14:23. Consecuencias de la Desobediencia: Se activa la ira de Dios. Ef. 5:6; Col. 3:6. Se activan maldiciones. Dt. 28:15. No pueden alcanzar las bendiciones. He. 4:6. Te invitamos a evaluar tus actitudes y acciones frente a la obediencia, si determinas que vives en desobediencia, rebeldía e independencia, vuélvete a Dios, arrepiéntete, cambia de pensamiento y pídelo perdón a Dios. La decisión es tuya. Nuestro consejo: obedecer, honrar y glorificar a Dios Padre con tu vida. Para mayor información ver las citas bíblicas: Deuteronomio (Dt.) 28; Malaquias (Mal.) 3:7-10; Mateo (Mt.) 4:18; 6:14; 8:24-25; 22:36-40; Juan (Jn.) 10:10-14; 14:23; Romanos (Ro.) 1:30-32; 11:30; 13:1; 13:7-8; Efesios (Ef.) 1:3; 4:22; 5:6; 5:22-25; Filipenses (Fi.) 2:14, Colosenses (Co.) 3:6; Hebreos (He.) 4:6; 5:8; 10:25; Santiago (Stg.) 5:9; 1Pedro (1P) 1:22.